jueves, 3 de noviembre de 2011

MIENTRAS


El instrumento de metal dejo de mover el café dentro de la taza cuando este ya estaba suficientemente endulzado, la silla se movió hacia atrás alejándose de la mesa y el piso crujió en camino hacia la puerta, la cual, después de haber girado la perilla se abrió completamente dejando entrar un poco de viento helado que estremeció el humo que la taza de café despedía. La silla volvió a su lugar con un rápido movimiento mientras la puerta se cerraba agresivamente y todo quedó en calma. Todo en calma,  al menos hasta que alguien finalmente llegara a casa.

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