-¿Cuánto van a tardar?- dijo la mujer a su enterrador, pero él no oyó, entonces gritó esta vez -¡¿Cuánto van a tardar?! Viendo la cara llorosa de sus familiares, pero de nuevo hubo ausencia de respuestas, solo habían sollozos. Dejó de intentarlo cuando vio que la tierra empezaba a caer sobre ella.
No hay comentarios:
Publicar un comentario