Por un momento recapacitó y su cuerpo se inmovilizó, el tenedor que iba a su boca se detuvo y sus pupilas se hicieron pequeñas, quedó pensativo y creyó sentir algo... Pronto se le pasó y el tenedor llevó al fin el pedazo de carne a la boca que masticó con ganas y volvió de nuevo a su tranquila cena, su cena de carne humana.
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