Se puso el par de cristales sobre la nariz para poder leer el documento que le acababa de llegar, su entrecejo se frunció al leer las primeras tres palabras y su anciana esposa le pregunto:
-¿Pasó algo malo?-
Y el respondió con un seco si
-¡pero dime ¿qué?!-
- que la carta no es para mí-
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